viernes, 18 de octubre de 2013

Otoño y tu piel. Segunda parte:

Limpieza profunda de la piel:


En el primera parte del post otoño y tu piel hablamos sobre el cambio de estación y las necesidades de nuestra piel para este otoño, ahora platicaremos un poco más a detalle sobre como lograr la limpieza de nuestra piel.

Limpia tus manos: 


Primero lo primero, antes de tocar tu rostro, ya sea para limpiarlo o maquillarlo debes recordar lavarte muy bien las manos, si éstas están sucias podrías contaminar tus productos de limpieza, maquillaje o tu rostro, logrando el efecto contrario al que buscamos.

Limpieza diaria:


Para lograr una piel radiante es necesario limpiarla por la mañana y por la noche; dependiendo de tu tipo de piel, puedes utilizar jabón en barra, jabón líquido, gel o espuma limpiadora, lo importantes es que lo utilices a diario, por la mañana para eliminar las toxinas que expulso el cuerpo por la piel, debido al trabajo de regeneración celular que se lleva a cabo mientras dormimos, y por la noche para eliminar las impurezas, contaminantes, exceso de aceite y células muertas que la piel. Es recomendable utilizar agua tibia (qué no es lo mismo que caliente) para que el producto consiga un mejor efecto.

Desmaquillate:


Si te aplicas maquillaje es mejor utilizar primero un producto específico para retirar el maquillaje de la piel y pestañas, después utilizar un producto limpiador, así te aseguras que todo el maquillaje se retirará correctamente ya que los limpiadores pueden ser eficaces al momento de retirar maquillaje, sobre todo si este es ligero; pero otros, sobre todo los waterproof, tienden a ser difíciles de remover.

Yo después de utilizar mi loción desmaquillantes, aplico agua micelar a modo de limpiador y el efecto es purificante y  relajante al mismo tiempo, te recomiendo que lo intentes.

Sauna Facial:


Una vez a la semana, es prudente utilizar un sauna facial, los hay en el mercado a precios accesibles pero si no quieres tener otro aparato más en casa puedes hacerlo tu misma con una olla y una estufa, y el efecto será igualmente eficaz. Pon a hervir agua, cuando comienza el hervor apaga el fuego y espera unos minutos a que la temperatura baje un poco, prepárate para relajarte, pon algo de música y acerca tu rostro al sauna, la distancia adecuada entre el claro del agua y tu rostro debe ser de 25 a 30 centímetros  para que el efecto sea revitalizante y no quememos la piel, además se recomienda no exceder los 15 minutos de exposición, si lo soportas es mejor utilizar una toalla que cubra la cabeza y la olla ya que permite que la distribución del vapor sea mejor.  

El sauna facial relaja los músculos y mejora la circulación en el rostro, oxigenando y nutriendo esta zona haciendo que luzca lozana y fresca, además abre los poros permitiendo la salida de los terribles puntos negros y células muertas.

A mi me gusta agregar una bolsita de té de manzanilla o 10 a 15 gotas de aceite esencial de lavanda o de árbol de té al agua justo antes de inclinar mi rostro sobre el vapor, para aprovechar las cualidades calmantes, rejuvenecedoras, y antisépticas de estos aceites.

Cierra los poros:


Después de la sauna, pasa un algodón humedecido en agua tibia para retirar las impurezas, y otro con agua fria o aplica agua floral de hamamelis, rosas o azahar para cerrar los poros.

Humectación:


Como último paso a la limpieza no olvides aplicar tu crema o gel humectante pues este momento es optimo para que la piel absorba los nutrientes que estos productos le ofrecen y se enfrente a la rutina diaria o al delicioso descanso de la noche. 

Suerte y no olvides platícame tus experiencias. 

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